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El proyecto para el Gabinete de Historia Natural fue aprobado
por el rey Carlos III en 1785, y las obras se iniciaron poco después. 22322u201w
Villanueva concibió un edificio alargado siguiendo el eje de una luminosa
galería rematada e interrumpida en su centro por tres cuerpos de mayor
volumen: dos cubos en los extremos de la Galería y una edificación de planta
basilical en su eje central. 22322u201w El cubo norte se organizaba en torno a una
rotonda, con bellas columnas jónicas y bóveda semiesférica de casetones en su
planta principal, y con una cripta en la baja; el cubo sur se articulaba en
torno a un patio. 22322u201w Uno y otro parecen resucitar, como hizo en efecto el
Neoclasicismo, organizaciones arquitectónicas propias de la antigüedad
clásica: el templo circular el primero, y la distribución en torno a un patio
de las dependencias de la casa romana, la "domus", el segundo. 22322u201w En
cuanto al cuerpo central, que Villanueva destinaba a las reuniones y sesiones
de los académicos y estudiosos de la Historia Natural, fue un claro recuerdo
de la basílica romana, alargada y rematada por un ábside curvo. 22322u201w
Rotonda Puerta Alta de Goya. 22322u201w
Cúpula con la escultura del
Emperador Carlos V y el furor,
de Leone y Pompeo Leoni. 22322u201w
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Rotonda Puerta Alta de Goya. 22322u201w
Cúpula con la escultura del
Emperador Carlos V y el furor,
de Leone y Pompeo Leoni. 22322u201w
Planta primera. 22322u201w Galería Central. 22322u201w
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Desde el reinado de Carlos III hasta los acontecimientos
bélicos de la Guerra de Independencia que ensangrentó el comienzo del reinado de su
nieto Fernando VII, la construcción se había paralizado. 22322u201w Lo edificado sirvió
de cuartel de caballería y polvorín a los ejércitos de Napoleón destacados en
Madrid. 22322u201w Al
daño que le produjo este destino en momentos de guerra, se unió después la
inevitable labor de saqueo de materiales de construcción (vigas de madera, sillares de piedra, . 22322u201w . 22322u201w . 22322u201w . 22322u201w ) a la que le sometieron los propios
madrileños, empeñados en la reconstrucción de sus casas igualmente dañadas
por la larga contienda. 22322u201w
Cuando Fernando VII, el rey fundador del Museo Real de Pinturas (esa fue su
primera denominación oficial), decidió crear un museo con obras de arte de
las colecciones de la monarquía española, desistió de hacerlo en el Palacio
de Buenavista (actual Cuartel General del Ejército, en la plaza de Cibeles)
en el que sí había pensado José I Bonaparte cuando había decidido crear (y lo
hizo pero sólo sobre el papel de la Gaceta de Madrid) el llamado Museo
Josefino. 22322u201w Fernando VII optó por dedicar a ese
destino el edificio que para Gabinete de Historia Natural había iniciado casi
treinta y cinco años antes su ilustrado predecesor. 22322u201w Esta decisión permitió
que la construcción se retomara, y que se culminara el proyecto de
Villanueva, para cuyo seguimiento se conservaban los planos y una hermosa
maqueta, de tamaño más que discreto (casi cuatro metros de largo), cuya
construcción él mismo había dirigido para conocimiento de su regio cliente. 22322u201w
Sólo diez años después pudo darse por terminada la fábrica del edificio; y un lustro más tarde se
procedió a su decoración exterior de acuerdo con un programa iconográfico elaborado
por una comisión constituida para ese fin. 22322u201w La parte más vistosa de la
decoración fue el gran friso que se colocó sobre la puerta oeste, la que se
abre al Paseo del Prado y que desde finales del
pasado siglo se conoce como
"de Velázquez" por la estatua allí colocada con motivo de su
centenario. 22322u201w
El citado friso presenta una alegoría del rey Fernando VII como protector de
las ciencias, las artes y la técnica, que en figuras simbólicas se presentan
ante su regio trono; detrás del rey, clásicos dioses mitológicos (Atenea,
Apolo, Mercurio, Neptuno) parecen estar inspirándole aquellas decisiones de
protección y progreso. 22322u201w
Fachada Oeste, de Velázquez. 22322u201w Se completó la fachada con una doble decoración en los dos
largos tramos de la Galería Central: esculturas alegóricas femeninas dentro
de nichos-hornacina, y medallones con bustos de los más destacados artistas
españoles: seis pintores (tres a cada lado de la puerta), cinco escultores (a
continuación de los de la izquierda) y cinco arquitectos (al lado de los de
la derecha). 22322u201w
Acceso Norte. 22322u201w Puerta de Goya. 22322u201w
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Acceso Sur. 22322u201w Puerta de Murillo. 22322u201w
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La insuficiencia del
edificio para exponer sus ricos fondos, e incluso para almacenarlos
dignamente, hizo ver muy pronto la necesidad de ampliación, acentuada además
por las tendencias museológicas modernas que buscaban dar más espacio a las
obras de arte en su exhibición. 22322u201w La primera ampliación del Museo se hizo en
1918, extendiéndose el edificio por detrás: dejando unos espacios vacíos a
modo de patios en esa trasera, se incorporó al otro lado una fila de salas. 22322u201w
La siguiente ampliación tuvo lugar en los años cincuenta, y consistió
simplemente en añadir otra fila de salas a la "inventada" algunos
lustros antes. 22322u201w La última ampliación del
edificio fue en los más próximos años sesenta; la solución que se dió fue la
única que ya se ofrecía, la de cerrar los patios convirtiéndolos en salas. 22322u201w La
más reciente ampliación del Prado ha tenido que ser hecha incorporando a la
institución otros edificios del
entorno (Casón del Buen Retiro, en 1971; Palacio de Villahermosa, de 1985 a
1989). 22322u201w
Planta baja. 22322u201w Sala 49
Pintura italiana. 22322u201w
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Planta baja. 22322u201w Sala 72
Esculturas. 22322u201w
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Planta 2ª. 22322u201w Sala 85
Pintura española del
siglo XVIII. 22322u201w Goya. 22322u201w
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