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Lope de Vega y su época; El poeta lírico; La poesía épica; La narrativa: La Dorotea; El estilo

Spaniola


Lope de Vega y su época; El poeta lírico; La poesía épica; La narrativa: La Dorotea; El estilo

Quizás sea Lope de Vega - "Fénix de los Ingenios", como le denominan en su tiempo -

uno de los casos más extraordinarios de la historia literaria tanto por su fe 737h77h cundidad como por su



calidad, en los más variados géneros. Recoge múltiples tradiciones anteriores y siembra semillas

híbridas que producen frutos nuevos, especialmente en la lírica y el teatro. También lo es por su

agitada vida amorosa, que estimula gran parte de su obra, y ello - como dice - "porque amar y

hacer versos todo es uno".

El perfil biográfico de Lope de Vega (Madrid, 1562-1635), coetáneo del dramaturgo

inglés William Shakespeare (1546-1616), resulta de sumo interés para el conocimiento de su

obra, pues la conexión entre vida y creación literaria es más marcada en él que en otros escritores.

Procede de una familia humilde y su vida es sumamente agitada y llena de lances

amorosos. Estudia con los jesuitas de Madrid (1574) y cursa estudios universitarios en Alcalá

(1576), aunque no consigue el grado de bachiller. Debido a la composición de unos libelos

difamatorios contra la comedianta Elena Osorio (Filis) y su familia, por desengaños amorosos, es

desterrado de la corte (1588-1595). No es ése el único proceso en el que se ve envuelto: en 1596,

después de ser indultado en 1595 del destierro, es procesado por amancebamiento con Antonia de

Trillo. Se enrola al menos en dos expediciones militares: una para la conquista de la isla Terceira

en las Azores (1583), al mando de don Álvaro de Bazán, y la otra, en la Armada Invencible. Es

secretario de varios personajes importantes, como el marqués de Malpica o el duque de Alba, y a

partir de 1605 está al servicio del duque de Sessa, relación sustentada en una amistad mutua.

Se casa dos veces: con Isabel de Urbina (Belisa), con la que contrae matrimonio por

poderes tras haberla raptado antes de salir desterrado de Madrid; y con Juana de Guardo, en 1598.

Aparte de esos dos matrimonios, su vida amorosa es muy intensa, ya que mantiene relaciones con

numerosas mujeres, incluso después de ordenarse sacerdote.

Su obra y su vida presentan una gran trabazón, y ambas son de una exuberancia fuera de

lo común. Pues escribe como vive y acerca de lo que vive. Como otros escritores de su tiempo,

cultiva todos los géneros literarios.

La época. Lope vive en un momento literario muy favorable. La lengua poética está

enriquecida con las aportaciones de Fernando de Herrera, que abren el camino a la compleja

poesía gongorina; el romance presenta numerosas posibilidades de difundir temas nuevos, como

los pastoriles y moriscos; la épica es el género más apreciado; en narrativa hay una amplia gama

de modelos, como la novela picaresca, la bizantina o de aventuras, la pastoril o la novela corta; y

el teatro comienza a adquirir una función social inusitada, gracias a la aparición de los corrales de

comedias.

Lope aborda la práctica totalidad de los géneros literarios de su tiempo. Desde la épica,

que tanto admira, hasta el género epistolar. En todos es realmente excepcional y, además,

prodigioso, de manera especial en el dramático.

El poeta lírico. Es Lope, desde muy joven, famosísimo poeta. Su lírica hace uso de todas

las formas posibles; le atraen por igual la lírica popular y la culterana de Góngora, aunque, en

general, defiende el "verso claro". Por un lado están los poemas extensos y unitarios, de tono

narrativo y asunto a menudo épico o mitológico, como, por ejemplo: La Dragontea (1598); La

hermosura de Angélica (1602), inspirado en el Orlando de Ariosto; Jerusalén conquistada (1609),

basada en Tasso; La Andrómeda (1621); La Circe (1624). De temática religiosa son El Isidro

(1599) y los Soliloquios amorosos (1626). La Gatomaquia (1634) es una parodia épica.

En cuanto a los poemas breves, su lírica (numerosos poemas, en su mayoría sonetos

amorosos, sacros o burlescos) usa de todos los metros y géneros. Se encuentra recogida en las

Rimas (1602), Rimas sacras (1614), Romancero espiritual (1619), Triunfos divinos con otras

rimas sacras (1625), Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos (1634) y la

Vega del Parnaso (1637).

Su altísima calidad poética hace posible que su teatro, escrito en variedad de estrofas,

alcance cimas líricas poco frecuentes. En sus comedias, junto a pasajes muy cultos, se hallan

numerosos poemas imitando al Romacero viejo. Esa atracción por los géneros populares se

manifiesta sobre todo en el uso muy frecuente de cancioncillas tradicionales. A veces es

imposible determinar si ésas son textos tradicionales o recreaciones del propio autor.

Los romances, en general autobiográficos, circularon cantados o en antologías poéticas.

Con Góngora, Lope eleva la categoría literaria del género, al insertar en él la lengua poética del

endecasílabo.

La poesía épica. El género más apreciado desde la Antigüedad era la épica. Los escolares

se formaban leyendo a los poetas épicos Homero y Virgilio, que se comentaba e imitaba en clase.

A partir del Renacimiento, numerosos poetas quieren componer poemas épicos que puedan

alcanzar la fama de sus modelos clásicos, pero con poca fortuna, en general. Sin embargo, en el s.

XVI, dos poemas italianos, el Orlando furioso, de Ludovico Ariosto (que Don Quijote se sabía de

memoria), y la Jerusalén libertada, de Torcuato Tasso, se convierten en modélicos.

Lope, que quiere pasar a la fama por ese prestigioso género, compone numerosos poemas

a lo largo de su vida sobre todo tipo de asuntos, desde la imitación de Ariosto hasta la parodia.

Los más importantes son La hermosura de Angélica (continuación del Orlando furioso, cuya

acción transcurre en España), La Dragontea (narración de la derrota del famoso pirata Francisco

Drake en Panamá) y El Isidro.

Ése último relata la vida del santo patrono de Madrid, en quintillas, como convenía a la

condición social del protagonista, el labrador San Isidro. Pero en el prólogo de la obra, como en

otras ocasiones, el escritor hace la defensa del octosílabo como metro nacional, que puede

acomodarse a todos los estilos.

El Jerusalén conquistada es una imitación de Tasso, en la que Lope pone todo su empeño

para ser reconocido como el gran poeta heroico de la época.

La Gatomaquia parodia el género y, de paso, la vida y las costumbres de la Corte. Relata

el enfrentamiento de los gatos Marramaquiz y Micifuz para conseguir el amor de la bella gata

Zapaquilda.

La narrativa lopesca. En el s. XVI aparecen o se aclimatan diversos géneros narrativos.

Lope desecha tanto los libros de caballerías, que sustituye por los poemas épicos, como la

picaresca, que, no obstante, deja numerosas huellas en su teatro. En cambio, se siente atraído por

otros géneros narrativos, de los que son muestra La Arcadia, El peregrino en su patria, Pastores

de Belén y las Novelas a Marcia Leonarda.

La primera novela que escribe, La Arcadia (1598), es una obra pastoril en prosa y verso

en la que incluye numerosos poemas. La novela refiere los amores de la Corte del duque de Alba,

de quien Lope es en la época secretario. Tiene un éxito extraordinario - cerca de 20 ediciones -

debido en principal a la variedad de temas que se introducen, además de los líricos y pastoriles:

juegos de sociedad, enigmas, discusiones sobre el amor y la poética, las artes liberales, etc. Y

también debido a la inmensa erudición que despliega su autor, de la que se burlaría Cervantes en

el Quijote.

Pastores de Belén (1612) es otra novela pastoril sobre el tema mismo del título. Se

insertan en ella, "a lo divino" varios villancicos y autos sacramentales.

Entre esas dos novelas aparece la bizantina y de aventuras El peregrino en su patria

(1604), que incluye cuatro autos sacramentales. Relatando el pelegrinaje del protagonista Pánfilo

por España, la obra comienza, como era habitual en ese tipo de novelas, en medio de la acción,

para suscitar el interés del lector.

Ya anciano, Lope compone una de sus más extraordinarias obras: La Dorotea, escrita en

prosa y en cinco actos para ser leída, como La Celestina, en la que se inspira. Haciendo fusionar

de modo magnífico vida y literatura, Lope rememora aquí sus amores juveniles con Elena Osorio,

bajo los seudónimos de Fernando y Dorotea.

El estilo. Lope defiende siempre una lengua literaria que se ajuste a los temas y géneros,

según sean pasajes épicos, líricos o dramáticos; eso es, una lengua conforme a la teoría de los

estilos (sublime, medio o bajo), aunque en el teatro, según los personajes y la situación, se

utilizan todos.

En sus polémicas con los culteranos (Góngora decía de él que era "con razón Vega por lo

siempre llano"), ataca desde una estética más renacentista la oscuridad motivada por la

acumulación de metáforas, cultismos y construcciones latinizantes. La claridad que defiende

Lope es, sin embargo, de raíces cultas tanto en la lengua como en el sutil uso de los "conceptos".


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