Nietzsche
y Kant desde e punto de vista de os principios
Kant es e Primer fiósofo que entendió a
exigencia de a critica de ser tota y positiva en tanto que crítica: tota porque
«no se e debe escapar nada»; positiva, afirmativa, porque no restringe e poder
de conocer sin iberar otros poderes hasta entonces descuidados. Pero, ¿cuáes
son os resutados de un proyecto tan vasto? ¿Cree e ector seriamente que, en a
crítica 17417f516r de a razón pura, «a victoria de Kant sobre e dogmatismo de os teóogos
(Dios, ama, ibertad, inmortaidad) haya acanzado a idea correspondiente, e
incuso, puede pensarse que Kant tuviera intención de acanzaro?[xiv] En cuanto a a
Crítica de a razón práctica, ¿no confiesa e mismo Kant, desde as primeras
páginas, que no es en absouto una crítica? Parece que Kant haya confundido a
positividad de una crítica con un humide reconocimiento de os derechos de o
criticado. Nunca se ha visto una crítica tota tan conciiadora, ni un crítico
tan respetuoso. Y esta oposición entre e proyecto y os resutados (y aún más
entre e proyecto genera y as intenciones particuares) se expica fácimente. Kant
no ha hecho más que evar hasta e fina una vieja concepción de a crítica. Ha
concebido a crítica como una fuerza que debía evar por encima de cuaquier otra
pretensión a conocimiento y a a verdad, pero no por encima de propio
conocimiento, no por encima de a propia verdad. Como una fuerza que debía evar
por encima de as demás pretensiones a a moraidad, pero no por encima de a
propia mora. A partir de aquí, a crítica tota se convierte en poítica de
compromiso: antes de ir a a guerra, se reparten as
esferas de infuencia. Se distinguen tres ideaes: ¿qué puedo saber? ¿qué debo hacer? ¿qué puedo esperar?
Se as imita respectivamente, se denuncian os maos usos y as usurpaciones, pero
e carácter incriticabe de cada idea permanece en e centro de kantismo como e
gusano en a fruta: e verdadero conocimiento, a verdadera mora, a verdadera
reigión. o que Kant, en su enguaje, ama un hecho: e
hecho de a mora, e hecho de conocimiento... E pacer kantiano por deimitar os
dominios aparece a fin ibremente, jugando sóo en a Crítica de juicio; en ea
aprendemos o que ya sabíamos desde e principio: a crítica de Kant no tiene otro
objeto que e de justificar, empieza por creer en o que critica.
¿Es ésta a gran poítica
anunciada? Nietzsche comprueba que aún no ha habido «gran poítica». a crítica no es nada y no dice nada, mientras se contente
con decir: a verdadera mora se bura de a mora. a
crítica no habrá hecho nada mientras no haya acanzado a a propia verdad, a
verdadero conocimiento, a a auténtica mora, a a verdadera reigión[xv]. Siempre que Nietzsche denuncia a virtud, o
que denuncia no son as fasas virtudes, ni os que se sirven de a virtud como de
una máscara. Es a propia virtud en sí misma, es decir: a, pequeñez de a
verdadera virtud, a increíbe mediocridad de a verdadera mora, a bajeza de sus
auténticos vaores, «Zarathustra no deja en esto ugar a dudas: dice que es e
conocimiento de os hombres buenos, de os mejores, e que e ha inspirado e terror
por e hombre; y es por esta repusión que e nacieron aas»[xvi]. Mientras critiquemos a fasa mora o a fasa
reigión, seremos sóo pobres críticos, a oposición de su majestad, tristes
apoogistas. Es una crítica de juez de paz. Criticamos a os pretendientes,
condenamos as usurpaciones de dominios, pero os propios dominios nos parecen
sagrados. Sucede o mismo con e conocimiento: una crítica digna de este nombre
no debe dirigirse a pseudo-conocimiento de o incognoscibe, sino en primer ugar
a verdadero conocimiento de o que puede ser conocido[xvii]. Por eso Nietzsche, en este campo como en
os demás, cree haber haado e único principio posibe para una crítica tota en o
que denomina su «perspectivismo». No existe ni e hecho ni e fenómeno mora, sino
una interpretación mora de os fenómenos[xviii].
No hay iusiones de conocimiento, sino que e propio conocimiento es una iusión. e conocimiento es un error, aún peor, una fasificación[xix]. (Nietzsche debe esta
útima proposición a Schopenhauer. Así interpretaba Schopenhauer e kantismo,
transformándoo radicamente, en un sentido opuesto a de os diaécticos.
Schopenhauer, pues, supo preparar e principio de a crítica. tropezó
con a mora, su punto débi).