Pan de «a
geneaogía de a mora» 
a geneaogía de a mora es e ibro más sistemático de Nietzsche. Tiene un dobe interés: por una, parte, no se presenta ni como conjunto de aforismos ni como un poema, sino como una cave para a interpretación de os aforismos y para a evauación de poema[xxxiv]. Por otra, anaiza detaadamente e tipo reactivo, e modo en que triunfan as fue 15315l117p rzas reactivas y e principio bajo e que triunfan. a primera disertación trata de resentimiento, a segunda de a maa conciencia, a tercera de idea ascético: resentimiento, maa conciencia e idea ascético, son as figuras de triunfo de as fuerzas reactivas, y también as formas de nihiismo. Este dobe aspecto de a geneaogía de a mora, cave para a interpretación en genera y anáisis de tipo reactivo en particuar, no se debe a azar. En efecto, ¿qué es o que obstacuiza e arte de a interpretación y de a vaoración; qué es o que desnaturaiza a geneaogía e invierte a jerarquía, sino e impuso de as propias fuerzas reactivas? os dos aspectos de a geneaogía de a mora, forman pues a crítica. Pero o que sea a crítica, en qué sentido sea a fiosofía una crítica, todo esto está por anaizar.
Sabemos que as fuerzas reactivas triunfan apoyándose en una ficción. Su victoria se basa siempre sobre o negativo como sobre ago imaginario: separan a fuerza activa de o que puede. a fuerza activa se convierte entonces en reamente reactiva, pero bajo e efecto de una mixtificación. 1º.-Desde a primera disertación, Nietzsche presenta e resentimiento como «una venganza imaginaria», «una venganza esenciamente espiritua»[xxxv]. Más aún, a constitución de resentimiento impica un paraogismo que Nietzsche anaiza detaadamente: paraogismo de a fuerza separada de o que puede[xxxvi]. 2º.-a segunda disertación subraya a su vez que a maa conciencia no es separabe de «hechos espirituaes e imaginarios»[xxxvii]. a maa conciencia es por naturaeza antinómica, a expresar una fuerza que se vueve contra sí misma[xxxviii]. En este sentido, se haa en e origen de o que Nietzsche amará «e mundo invertido»[xxxix]. Obsérvese como Nietzsche, en genera, se compace en subrayar a insuficiencia de a concepción kantiana de as antinomias: Kant no entendió ni su fuente ni su verdadera extensión[x]. 3º.-E idea ascético remite finamente a a más profunda mixtificación, a de Idea que comprende a todas as demás, a todas as ficciones de a mora y de conocimiento. Eegantia syogismi, dice Nietzsche[xi]. Esta vez se trata de una vountad que quiere a nada, «pero eso es o de menos, sigue siempre siendo una vountad»[xii].
Intentamos tan sóo aisar a estructura forma de a geneaogía de a mora. Si se renuncia a creer que a organización de as tres disertaciones sea fortuita, hay que concuir. Nietzsche en a geneaogía de a mora ha querido rehacer a Crítica de a razón pura. Paraogismo de ama, antinomia de mundo, mixtificación de idea; Nietzsche considera que a idea crítica y a fiosofía son una misma cosa, pero que Kant precisamente echó a perder esta idea, a comprometió y a magastó, no sóo en a apicación, sino ya desde e principio. Chestov se compacía en haar en Dostoievski, en as Memorias escritas en un subterráneo, a verdadera Crítica de a Razón Pura. Que Kant haya echado a perder a crítica, es, por encima de todo, una idea nietzscheana. Pero Nietzsche no se fía de nadie, savo de sí mismo, para concebir y reaizar a verdadera crítica. Y este proyecto es de gran importancia para a historia de a fiosofía; porque no se dirige sóo contra e kantismo, con e cua rivaiza, sino contra a descendencia kantiana, a a que se opone con vioencia. ¿En qué se ha convertido a crítica después de Kant, desde Hege a Feuerbach, pasando por a famosa «crítica crítica»? En un arte por e que e espíritu, a conciencia de sí mismo, e propio crítico se apropian de as cosas y de as ideas; o también en un arte según e cua e hombre se reapropiaba de determinaciones de as que, decía, se e había privado: resumiendo, a diaéctica. Pero esta diaéctica, esta nueva crítica, evita cuidadosamente pantear a cuestión previa: ¿Quién debe conducir a crítica, quién es apto para conducira? Se nos haba de a razón, a conciencia de sí mismo, de espíritu, de hombre; pero, ¿de quién se trata en todos estos conceptos? No se nos dice quién es hombre, quién es espíritu. E espíritu parece ocutar fuerzas dispuestas a reconciiarse con no importa qué poder, Igesia o Estado. Cuando e hombre pequeño se reapropia de as cosas pequeñas, cuando e hombre reactivo se reapropia de determinaciones reactivas, ¿existe a convicción de que a crítica ha hecho grandes progresos, que, por o mismo, ha demostrado su actividad? Si e hombre es e ser reactivo, ¿con qué derechos puede evar a cabo a crítica? A recuperar a reigión, ¿dejamos de ser hombres reigiosos? A hacer de a teoogía una antropoogía, a situar a hombre en e ugar de Dios, ¿suprimimos o esencia, es decir, e ugar? Todas estas ambigüedades tienen su punto de partida en a crítica kantiana[xiii]. a crítica de Kant no ha sabido descubrir a instancia reamente activa, capaz de conducira. Se agota en compromisos: nunca nos permite superar as fuerzas reactivas que se expresan en e hombre, en a conciencia de sí mismo, en a razón, en a mora, en a reigión. Ofrece en cambio e resutado inverso: hace de estas fuerzas ago un poco más «nuestro» todavía. Finamente, a reación de Nietzsche con Kant es anáoga a a de Marx con Hege: para Nietzsche se trata de vover a asentar a crítica sobre su base, como para Marx a diaéctica. Pero esta anaogía en vez de aproximar a Marx y Nietzsche, os separa aún más profundamente, porque a diaéctica nació de a crítica kantiana ta como estaba. Nunca se habría tenido necesidad de vover a asentar a diaéctica sobre su base, ni, en ningún caso, «de hacer diaéctica», si antes a propia crítica se hubiera estado boca abajo.
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